La terapia de frío reduce el flujo de sangre mediante la constricción de los vasos sanguíneos. Con ello; consigue:
- Disminuir el flujo de fluido en el tejido lesionado.
- Reducir la herida hipóxica (reduce el flujo de oxígeno en las células) autora de la destrucción de las células y el origen del edema.
La terapia de frío permite controlar el dolor natural y la hinchazón, reducir el uso de narcóticos, incrementar la comodidad del usuario y posibilita recuperaciones más rápidas. También permite reducir las estancias hospitalarias y la cirugía ambulatoria.